Se puede apreciar interesantes muestras de arquitectura tradicional en diferentes casas, como la del Pirata, y dignas de ser visitadas son las construcciones religiosas.

El Juego del Palo, uno de los más antiguos deportes autóctonos de Canarias ha sido tradicional en este municipio. Deporte vernáculo que tuvo un buen número de jugadores en toda la zona, y que aparece actualmente representado en la familia de Los Verga. Se les considera los más consumados jugadores de la modalidad del palo medio o vara, con un particular estilo, herencia del maestro en tales prácticas: Cho Eugenio Díaz.

En la actualidad constituye uno de sus elementos más representativos la tradicional “Manta Esperancera” prenda de vestir de antaño, empleada para contener los rigores del frío clima.

En algunas zonas del municipio, Llano del Moro, como testigos de una actividad ya desaparecida, se hallan restos de los viejos molinos de viento, donde se producía el gofio nuestro de cada día.

Entre las festividades del municipio tiene lugar la de Nuestra Señora de la Esperanza, el primer domingo de agosto, con la popular romería que tiene como acto último de la fiesta, la quema del Haragán.